Anthony Fowler derrotó a Adam Harper en el semifondo del Harper-Jonas
Daniel Pi
@BastionBoxeo
Sede central de Matchroom Boxing, Brentwood, Reino Unido. Peso pactado ligeramente por encima del peso superwélter.
En menos de un año y medio transcurrido desde su primera derrota ante Scott Fitzgerald, el olímpico británico Anthony Fowler 13(10KO)-1 ha sumado cuatro victorias, la última en la noche del viernes en el combate coestelar de la segunda semana de la serie de eventos Fight Camp. En este enfrenamiento, pésimamente emparejado, vapuleó a Adam Harper 10(0KO)-2(1) hasta alcanzar un KOT en el séptimo episodio.
El jab de Fowler llegó con mucha fuerza contra un Harper sin recursos, por lo que el favorito no tardó en tirar su uno-dos y ganchos al torso, dos de los cuales se fueron bajos e hicieron que el árbitro diese unos instantes de recuperación al púgil afectado. De todos modos, Fowler no aprendió de sus errores y, al volver a golpear antirreglamentariamente en el segundo round, el árbitro le restó un punto. Sea como sea, y aunque Harper tiraba ganchos diestros con mucha voluntad, Fowler usó su precisión para impactar una considerable cantidad de golpes de poder en todo tipo de trayectorias.
Entre golpes disuasorios toscos y bloqueos desesperados, Harper se mantuvo a duras penas en la pelea, pero Fowler continuó descargando puños en directo, hook, croché y uppercut, en ocasiones incluso exponiéndose deliberadamente a los golpes rivales con tal de impactar los suyos. Sacando fuerzas de flaqueza, Harper intentó salir más en el cuarto round, pero Fowler no tardó en neutralizarlo y en impactar un brutal uno-dos que le hizo poner la rodilla en la lona. Como el árbitro Ian John Lewis es uno de los peores del mundo, la pelea continuó, descargando Fowler golpes de poder contra un Harper desbordado.
El castigo que Harper padeció en el quinto y sexto round era completamente innecesario y la tenacidad del quebrado púgil no podía justificar que las acciones siguiesen, aunque Fowler se cansó por conectar tantos golpes y la esquina de su rival encontró nuevas excusas para mantener al púgil sobre el ring. Finalmente, en el séptimo round el tercer hombre al fin se apiadó y, tras una andanada de Fowler, concluyó el choque.
Con la moral recuperada y habiéndose mantenido activo y rodado sobradamente, este tipo de combates no tienen sentido para un boxeador del nivel de Fowler. De hecho, tal diferencia entre los contendientes no debería permitirse en ningún caso. En cualquier caso, se espera que Fowler a continuación reciba al fin un combate de calado en el circuito británico en el que intentar enmendar el tropiezo padecido contra pronóstico ante Fitzgerald.