Yordenis Ugás venció clarísimamente a Abel Ramos a pesar de una de las peores cartulinas del año
Daniel Pi
@BastionBoxeo
Microsoft Theater, Los Ángeles, Estados Unidos. Peso wélter.
La pasada madrugada se produjo una velada de Premier Boxing Champions que dejó en su combate estelar una dominadora victoria del cubano Yordenis Ugás 26(12KO)-4 sobre el estadounidense Abel Ramos 26(20KO)-4(1)-2, estando en juego un cinturón de subcampeón WBA del peso wélter. Hasta aquí todo siguió el guión previsto, pero a pesar de que el control del combate de Ugás resultó evidente, los jueces estuvieron a punto de arruinar el merecido triunfo de éste. Y es que los tres ofrecieron uno de los peores veredictos del año al darle la victoria a Ugás por la mínima (doble 115-113) y de forma dividida con una cartulina en su contra de 117-111 de Lou Moret que debería hacer que dicho oficial fuese investigado judicialmente.
Simplemente no resulta justificable de ninguna manera darle sólo tres rounds a Ugás y es imposible que la incompetencia pueda explicar tal tarjeta, menos aún cuando Moret en el pasado ha dado puntuaciones más o menos acertadas. De todos modos, no se debe pasar por alto que Zachary Young y Edward Hernández, los otros dos jueces, no estuvieron ni mínimamente coherentes al darle el triunfo de manera tan estrecha a un Ugás que en la mayoría de puntuaciones extraoficiales ganó casi todos los rounds.
Centrándonos en lo deportivo, Ramos ofreció el peor planteamiento estratégico y táctico que podía haber elegido, ya que siendo un aguerrido peleador con mucha pegada enfrentándose a un boxeador con una enorme ventaja en habilidad, la elección más desacertada posible era ceder la iniciativa y buscar un combate de bajo ritmo, precisamente lo que hizo. Así, con su enorme destreza Ugás impuso su jab sin complicaciones en el arranque ante un rival que ni tiraba manos suficientes ni acertaba con ellas.
En un momento aislado al final del tercer round, Ramos conectó un croché que estremeció a Ugás, cosa que debería haberle mostrado que su único camino hacia el triunfo era pasar al ataque y buscar intercambios en los que tratar de explotar su pegada. Pero Ramos siguió empeñado en pelear en la distancia larga, con espacios y sin iniciativa, de modo que Ugás siguió controlando los episodios. De hecho, desde el quinto round el boxeador cubano acumuló confianza y comenzó a sacar más su uno-dos, combinaciones de hooks al torso y uppercuts enlazados para superar de forma más evidente a Ramos, quien erraba la mayoría de sus manos o las estrellaba en los guantes de su oponente.
De ese modo los asaltos fueron transcurriendo sin que Ramos hiciese los ajustes necesarios para entrar en la lucha por la victoria, mientras que la precisión de Ugás decantaba la balanza a su favor sin que éste ni siquiera tuviese que dar un paso atrás para evitar las manos de su rival, sirviéndole sus desvíos y pequeños ballesteos, además de buenos contragolpes. Finalmente, en los últimos instantes del duodécimo asalto un hook de izquierda volvió a estremecer a Ugás, pero ya no había tiempo para nada más.
Recientemente ha quedado bastante claro que hay un problema con algunos jueces que parecen darle los asaltos al boxeador que conecta la mano más clara del round y no al que ofrece un trabajo superior durante los tres minutos. Pero es que en esta ocasión ni siquiera así se podrían explicar las cartulinas.
Por otro lado, Ramos tiene que pararse y pensar si necesita un cambio de entrenador, porque si fue idea de su técnico pelear de manera dinámica y táctica contra un boxeador de tanta habilidad, desperdiciando su ventaja en potencia, necesita a otra persona en su esquina. Por su parte, Ugás mostró lo que ya sabíamos: que es un peso wélter de élite y que contra los púgiles al borde del top 15 en principio debería salir con el brazo en alto solventemente.
No obstante, ahora restan dos preguntas de futuro para la carrera de Ugás, siendo una si su nuevo cetro de subcampeón WBA le dejará estancado en su lucha por acceder a las mayores peleas de la división y si de alcanzar un mayúsculo enfrentamiento sus recurrentes problemas para impresionar a los jueces volverán a aparecer.