Jermell Charlo se proclamó triple monarca unificado del peso superwélter venciendo a Rosario, aunque entre muy cuantiosas acusaciones de amaño
Daniel Pi
@BastionBoxeo
Mohegan Sun Casino, Uncasville, Estados Unidos. Campeonato mundial unificado WBA-WBC-IBF del peso superwélter. Primera defensa del cetro WBC de Charlo, primera defensa de los cinturones WBA e IBF de Rosario.
Dejemos todo de lado y pensemos simplemente, ¿fue un jab que impacta primero en el codo antes de alcanzar la cinturilla de Rosario suficiente para que el púgil cayese a la lona roto e incluso convulsionase? Para una cantidad ingente de aficionados de todo el mundo la respuesta es que este es el combate de relieve más evidentemente amañado de lo que llevamos de siglo XXI, y lo cierto es que con lo extraño que fue el desenlace es razonable que piensen de esa manera.
De hecho, ni el propio Charlo se podía creer lo visto, afirmando: “Nunca lo he visto, nada que el boxeo haya visto. Algo realmente serio ha debido pasar antes de eso en los primeros asaltos. Eso tiene que ser… No sé, nunca he visto algo así”.
Sea como sea, el hecho es que en virtud de ello el estadounidense Jermell Charlo 34(18KO)-1 se convirtió en triple monarca unificado WBA-WBC-IBF del peso superwélter venciendo en unificación de coronas al dominicano Jeison Rosario 20(14KO)-2(2)-1, que tras anotarse a principios de temporada una de las sorpresas del año ahora sale del ring con su prestigio hecho añicos.
En el primer asalto Rosario recibió una cuenta que no pareció acertada, puesto que tras ser rozado por un gancho zurdo y rebotar en las cuerdas se desequilibró y tocó la lona, no pareciendo que el primer puño impactase, de modo que el knockdown resultó cuestionable. En cualquier caso, en los siguientes rounds Rosario mostró su peligro con combinaciones de ganchos ante un Charlo que trataba de caminar el ring y jabear pero sin gran efectividad. Y es que aunque iba alcanzando aquí y allá a su adversario, no lograba mantener el terreno y eventualmente quedaba detenido en corta, por lo que recibía hooks arriba y abajo que superaban claramente a sus escasos directos de mano adelantada.
Por ello, perfectamente el efecto en las tarjetas de la cuenta podría haber sido compensado tras unos cuantos asaltos, aunque esto no sacó de la pugna a Charlo, que en el quinto round sacudió a Rosario con un derechazo que fue un elemento premonitorio de lo que iba a llegar en el sexto round: Rosario volvió a sufrir una cuenta, pero en esta ocasión justa, al ser sacudido por un croché de izquierda a la sien y por una derecha. Al terminar inmediatamente después el episodio, Rosario tuvo unos segundos cruciales para recuperarse, volviendo a presionar en el séptimo round, pero en el octavo asalto la pelea estalló por los aires de una manera inesperada.
Un mero jab al cuerpo que bloqueó en parte el codo derecho de Rosario llegó con limitada tensión a la cinturilla del dominicano, que se tumbó en la lona alegando un enorme dolor, no respondiendo durante el conteo del tercer hombre entre una especie de convulsiones muy extrañas.
Para muchos aficionados esto no fue otra cosa que una sobreactuación en un combate que consideran amañado aunque sea hasta cierto punto, mientras que los que quieren creer en la limpieza de la pugna se devanan los sesos para intentar explicar cómo un golpe atenuado pudo provocar una agonía a un Rosario que en su carrera ha soportado sin ceder puños veinte veces más potentes y que podría haber realizado menos aspavientos incluso si hubiese recibido un golpe flagrantemente antirreglamentario.
Algunos apuntan a que quizás el golpe fue en el plexo o en la boca del estómago, pero no es sobre estas partes de la anatomía donde Rosario tenía situada la cinturilla de su calzón. Otros señalan, como Charlo, que quizás ganchos al torso anteriores pudieron provocar daños que simplemente afloraron con ”efecto retardado” al más leve empujón posterior, si bien los hooks a esa misma zona afectada no fueron muchos.
Sea como sea, el boxeo se topa con lo que menos necesitaba: una gigantesca controversia, de las que se quedan marcadas en la historia, en una de las veladas del año y en una triple unificación para decidir un nuevo número 1 de la división.
Como era tal el premio en juego, Charlo ahora está emplazado a nuevas importantísimas pugnas, hablándose ya de posibles combates a continuación ante Jarrett Hurd, Julian Williams, Erickson Lubin o incluso una pelea por el título indiscutido si Brian Castaño le quita su cinturón a Patrick Teixeira, habiendo demasiado que ganar en todas estas peleas como para que la industria quiera investigar profunda y detenidamente, como se debería hacer en este caso, qué pasó en el desenlace del Charlo-Rosario.