Josh Warrington deja vacante su título IBF del peso pluma al no permitírsele retorcer las normas del organismo
Daniel Pi
@BastionBoxeo
El británico Josh Warrginton ha hecho oficial que ha abandonado su corona IBF del peso pluma, algo de lo que ya se dio una pista en el anuncio de su pelea de rodaje ante Mauricio Lara, puesto que no se mencionaba su cetro mundial y el propio rival no estaba clasificado en dicho organismo.
Que un boxeador deje vacante su título no es algo inusual, ya que por no poder dar el peso por más tiempo, por tener una revancha por contrato, por no querer pagar la sanción titular o por cualquier otro motivo los monarcas en muchas ocasiones renuncian a sus coronas. Sin embargo, rara vez se pueden ver justificaciones para ello tan absurdas y descaradas como las que han dado Warrington y Matchroom Boxing.
Según han afirmado estos, el motivo de la renuncia es que la IBF no ha dado permiso para que una eventual pelea con el titular secundario WBA Can Xu fuese calificada como unificación, explicación que, pese a su aparente coherencia, es ilógica y está sesgada.
Primeramente, por sus reglamentos la IBF, la WBO, el WBC y hasta la WBA no pueden aceptar una unificación con un campeón secundario de otro organismo, dado que, lógicamente, la gracia de una unificación es que se enfrenten los dos máximos exponentes de dos organizaciones mundiales, no los que están subordinados en escala de importancia.
De ese modo, pretender que se retorciesen las normas de forma corrupta para satisfacer sus designios no era precisamente la vía a seguir y Warrington y Hearn no pueden hacerse los ofendidos por que su plan no saliese adelante. En todo caso deberían dirigir sus protestas a la WBA por no haber desposeído como campeón real de su organismo a un Leo Santa Cruz que no expone su cinturón desde febrero de 2019.
En definitiva, alcanzando la situación un punto realmente delirante, Warrington afirma que su intención al dejar vacante el título es poder asegurarse un combate ante Xu, cosa que traducida significa que ha abandonado un cinturón mundial real para poder negociar un pelea contra un púgil desconocido por el gran público y con una “corona” de subcampeón.
Evidentemente, aunque en las quejas del púgil y de su promotor no se menciona nada de ello, hay más detrás de todo este asunto y el objetivo principal de que Warrington haya dejado su corona es otro: la defensa obligatoria que debe afrontar en los próximos meses ante Kid Galahad, quien en 2019 le generó muchas dificultades y al que sólo pudo superar por controvertida decisión dividida.
Dicho de otro modo, Warrington y su equipo, que bajo ningún concepto quieren poner en peligro la posibilidad de una gran pugna ante un nombre destacado de la categoría del peso pluma por un choque ante el complicado Galahad, han preferido renunciar rápidamente a la corona antes de que se emitiese la orden de defensa obligatoria y quedase más claro aún para todo el mundo que querían eludir la repetición de ese duelo.
Sea como sea, lo que no puede ser más evidente es que las mayores promotoras mundiales y los grupos que las apoyan cada día dan más por segura la obligatoriedad de los organismos de cumplir sus caprichos sin rechistar, algo causado por el nefasto comportamiento que han tenido las organizaciones mundiales boxísticas durante tanto tiempo. Así, entre unos y otros, siguen degradando el valor de los cinturones mundiales, que no son vistos como otra cosa que una forma de conseguir ingresos y poder en la mesa de negociaciones, sin importar su valor deportivo.
Por lo que respecta al cetro del peso pluma sin dueño, la IBF ha ordenado ya una pelea por el cinto vacante entre los británicos Kid Galahad y James Dickens, quienes tendrán unas semanas para negociar los términos del campeonato.