Rolando Romero

Rolando Romero venció en el séptimo round a Anthony Yigit en el semifondo del Charlo-Castaño

Daniel Pi
@BastionBoxeo

AT&T Center, San Antonio, Estados Unidos. Peso superligero.

Saltándose una división entera respecto a lo acordado el sueco Anthony Yigit 24(8KO)-2(2)-1 no merecía muchas consideraciones, especialmente habiéndose hecho público finalmente que no entraba al combate con tan poco aviso como se creía: desde hace semanas había aceptado quedar en posición de reserva para sustituir a Austin Dulay, por lo que tener que dar el peso ligero no le llegó ni mucho menos por sorpresa. Sin embargo, la derrota que sufrió Yigit en el séptimo asalto ante el estadounidense Rolando “Rolly” Romero 14(12KO)-0 tampoco resultó un prodigio de limpieza deportiva, mostrando además el invicto como siempre sus graves brechas técnicas.

El plan de Romero fue en gran medida el de siempre, lanzando potentes derechazos, a menudo desde demasiado lejos, esperando con alguno de ellos alcanzar, dañar o derribar a su oponente. Sin embargo, sus golpes eran muy previsibles y los preparaba inadecuadamente con su mal medido jab y su pobre manejo de las piernas, de modo que inicialmente Yigit pudo eludir o bloquear la mayoría de los golpes. Aun así, si el visitante hubiese tenido más astucia se habría dado cuenta de que reduciendo los espacios de la manera adecuada podría haberle quitado su principal y casi única arma a “Rolly” a la vez que aprovechaba su ventaja en peso, mientras que, por contra, permaneciendo en larga se exponía a que tarde o temprano un golpe decisivo le alcanzase.

Los errores de Romero permitieron a Yigit llegar con algún contragolpe en cruzado usando diagonales y explotando su posición de zurdo, puños para los que la mala defensa del local no suponía un obstáculo precisamente insalvable. De todos modos, Yigit no gestionó bien las distancias algo que, más allá de tropiezos con la pierna adelantada de su rival, se tradujo en que recibió rectos diestros y jabs evitables al entrar o salir.

Estando así la situación, en el quinto round los púgiles quedaron en un clinch y Romero aprovechó para conectar un par de ganchos diestros ilegales cuando el árbitro había ordenado que parasen de golpear e intentaba separar a los contendientes, cosa que le costó al local perder un punto pero que no quitó que Yigit quedó estremecido por el segundo de los golpes y que a penas recibió tiempo para recuperarse. Así, en la reanudación “Rolly” saltó sobre su rival y con un curvo zurdo y otro diestro le derribó. El visitante estaba muy afectado y a penas se puso en pie tambaleante justo cuando terminaba el asalto, pero consiguió alcanzar el sexto round, en el que Romero se lanzó a por el knockout sobreconfiado y descontrolado en gran parte y, por lo tanto, erró golpes y permitió que su rival aguantase también ese episodio.

En cualquier caso, Yigit no estaba en buenas condiciones y en el séptimo round volvió a sufrir un knockdown, esta vez por un hook zurdo-directo diestro, siendo tumbado en una segunda ocasión unos instantes después de la reanudación (y tras una caída sin cuenta por empujón) al recibir, entre otros golpes, un gancho de izquierda acompañado de otro empujón.

Si sumamos los empujones, el uso de los codos, los forcejeos en los agarres y los puños cuando tenía prohibido golpear, Romero tuvo una actuación bastante carente de limpieza que encajó bien con su carácter bravucón y su consabida falta de autocontrol. De todos modos, es cierto que Yigit era un peso superligero que se enfrentaba a un peso ligero y que tuvo una mala actuación, en la que en varios momentos pareció amedrentado, recibió golpes absurdos y aprovechó insuficientemente sus ventajas.

Sea como sea, Romero pretende ser añadido a cualquier precio por PBC a la lista de jóvenes figuras del peso ligero y, pese a los defectos mostrados vez tras vez, algunos tratarán de afirmar que su potencia por sí sola le bastará para llegar hasta lo más alto. No obstante, como se ha visto en varias de sus actuaciones, Romero no está cerca del nivel técnico de la élite del peso ligero y no parece que le preocupe lo más mínimo solucionar sus fallos, por lo que, aunque quizás pueda seguir sumando victorias contundentes a este nivel, si no materializa una evolución drástica antes de que se le lance a un combate ante un rival de la cumbre le espera en el futuro una derrota que por su actitud podría ser muy desmoralizadora.