Sandor Martín logró mayúscula victoria derrotando en Estados Unidos al excampeón mundial Mikey García
Daniel Pi
@BastionBoxeo
Chukchansi Park, Fresno, Estados Unidos. Peso wélter (Peso pactado en un máximo de 145 libras, 65,8 kg).
Los aficionados y foreros estadounidenses no suelen tener contemplaciones con los púgiles desconocidos que acceden a un gran combate en su país, de modo que del español Sandor Martín 39(13KO)-2 dijeron cosas como que sólo era un conductor de taxis (algunos prefirieron llamarle conductor de Uber) que iba a ser aplastado en unos asaltos por el excampeón mundial local Mikey García 40(30KO)-2. Con todo, al margen de lo que opinase la gente parcial y acrítica, era sorprendente que muchos expertos estadounidenses pensasen que un García sin una victoria por knockout en casi cinco años, que estaba en baja forma, que llegaba de 20 meses de inactividad y que tenía como más reciente una floja actuación ante Jessie Vargas iba a destruir con facilidad en unos pocos asaltos a un púgil joven, sin tropiezos antes del límite, zurdo, con ventaja en alcance, con mucha ambición y con un boxeo táctico intrincado y correoso.
Pues bien, finalmente no es que los que pensaban que el knockout era inevitable se equivocasen, sino que Martín logró dejarles en shock con un gran boxeo y una victoria por decisión. Las cartulinas fueron de justo doble 97-93 y un repulsivo y sesgado 95-95, si bien aun así es sorprendente que después del combate dos de los jueces tuviesen tarjetas realistas, pareciendo que García verdaderamente no se hizo ningún favor de cara a proteger sus ventajas de estrella local criticando abiertamente a DAZN y culpando al grupo de sus propias malas decisiones.
Estratégicamente el zurdo Martín se decantó por el planteamiento óptimo, eligiendo una pelea táctica en larga en la que se apoyó en su dinamismo para hacer fallar a su contrincante y trató de sorprenderle con contragolpes veloces, algo que le dio resultados positivos ya en el primer round. Y es que Martín eludió los jabs y uno-dos-hook de García con precisas esquivas de cintura y llegó con algún cruzado, esquema que se repitió en el segundo episodio, en el que un momentáneo apagón de las luces del estadio pareció, en retrospectiva, un símbolo de la sorpresa que se iban a llevar los asistentes al recinto algo más adelante en las tarjetas.
Eventualmente, como en el tercer asalto, García llegó con algún jab y ganchos zurdos, pero estaba teniendo críticos problemas para encontrar el camino para sus manos y para lidiar con el boxeo contragolpeador y móvil de Martín, especialmente teniendo en cuenta que es un excampeón mundial que se medía a un púgil que afrontaba su primera pugna en la cumbre internacional y su debut estadounidense. En el cuarto episodio las manos de García siguieron fallando por las acciones defensivas de Martín, que llegó con un buen zurdazo a la contra en ese asalto y que en el siguiente impactó también con nitidez un croché diestro.
Pese a los problemas evidentes, García lo siguió intentando y finalmente en el quinto round logró encerrar en las cuerdas a Martín y alcanzarle con hooks, pero el visitante se anticipó más en el sexto asalto con cambios de ritmo y directos y usó el clinch en corta además de tenaz respuesta con ganchos. Así, y pareciendo que García perdía energías en el séptimo round y Martín lo explotaba para sacar manos astutas, la posición del exmonarca en las cartulinas se podía intuir crítica alcanzados los últimos tres episodios, eso sí, en el caso de que se estuviese puntuando objetivamente y de que los jueces no quisiesen darle un margen a la estrella local.
La percepción de que Martín estaba por delante y de que rozaba el triunfo se afianzó en el octavo round, en el que García se vio sorprendido por una fugaz combinación y el español continuó mostrándose consistente en defensa. En el noveno García atacó, algo a la desesperada, y llegó con ciertos puños parte de series de rectos, pero era ya demasiado tarde para reaccionar y, de hecho, en el décimo asalto volvió a ser contenido por los rectos zurdos y los crochés de mano adelantada de un Martín que con bravura en unos intercambios finales selló la mayor noche de toda su carrera hasta la fecha.
Este resultado es una lección más que enseña que en el boxeo los combates se ganan sobre el cuadrilátero y no sobre el papel, y que un púgil que entra como no favorito en las apuestas es capaz de ganar si tiene las cualidades necesarias y ejecuta de manera precisa un buen plan. En este sentido, aunque Martín fue más allá de lo esperado al vencer con solvencia a una figura muy relevante del panorama mundial como García, que entraba como lógico favorito, simplemente se dejaron llevar por prejuicios, y no por análisis objetivos y cuidadosos, los que pensaban que el visitante iba a ser aniquilado rápidamente cuando había motivos fundados para ver que perfectamente podía llegar a un veredicto y, al menos, mostrarse intricado y capturar varios rounds.
De todos modos, el resultadismo del deporte es el que es, y los que absurdamente pensaban que Martín iba a ser apaleado durante un par de rounds antes de sucumbir o rendirse, ahora tapan sus propios errores y sus injustos análisis clamando y exigiendo que García ponga fin a su carrera profesional… En fin, dejando de lado el efecto que estas tóxicas críticas pueden tener en un púgil que pase tiempo en las redes sociales y foros, Martín ahora se ha situado en la cresta de la ola y simple y llanamente puede aspirar a cualquier combate en la división del peso superligero.
Si el triunfo ante García hubiese llegado en otro momento, Martín ahora sería campeón mundial, si bien por ahora hay un monarca indiscutido en la división y hay una larga lista de espera para acceder al campeonato. Con todo, ante la perspectiva de que Josh Taylor pueda dejar vacantes sus cinturones en un futuro próximo, surgen opciones de que Martín pueda disputar un mundial, si bien quizás antes tenga que encarar una eliminatoria de crítica dificultad. Sea como sea, Martín es un púgil de la escuadra de Eddie Hearn y éste indudablemente sabrá explotar el éxito del español para dar forma a una nueva pelea del máximo calibre para su boxeador.