Shakur Stevenson se coronó en una segunda división de peso con KOT sobre el campeón mundial superpluma Jamel Herring
Daniel Pi
@BastionBoxeo
State Farm Arena, Atlanta, Estados Unidos. Campeonato mundial WBO del peso superpluma. Cuarta puesta en juego del titular Herring.
La pasada noche, como combate estelar de una velada de Top Rank, el estadounidense Shakur “Fearless” Stevenson 17(9KO)-0 siguió con su andadura hacia el top 10 libra por libra coronándose en el peso superpluma después de haber reinado ya en el peso pluma. Además, su nuevo cetro lo logró con un KOT en el décimo round ante un monarca mundial de buena carrera amateur y con ventaja en dimensiones como su compatriota Jamel “Semper Fi” Herring 23(11KO)-3(2), que no pudo lidiar con su adversario ni cuando boxeó buscando un choque de astucias ni cuando planteó una enmarañada pugna física.
El duelo se abrió táctico, con ambos púgiles zurdos midiéndose con sus jabs y con sus cruzados de mano diestra entre amagos y movimientos de piernas y de cintura, si bien fue Stevenson el primero en modificar la tendencia y en comenzar a impactar abiertas izquierdas curvas o directos de esta misma mano.
Herring había afirmado antes del combate que para ganar a Stevenson había que atacarle constantemente desde el arranque, y había algunos expertos estadounidenses que increíblemente pensaban que iba a implementar a la perfección tal táctica y que iba a tener éxito con ella pese a no ser un púgil de presión. Con todo, a la hora de la verdad, como se podía prever Herring tuvo enormes problemas tácticos desde el comienzo, siendo incapaz de alcanzar a su rival claramente, dudando al lanzar las manos por sus recurrentes fallos y posteriormente incluso perdiendo la iniciativa.
Vale la pena señalar que Stevenson se mostró dispuesto a cumplir su promesa de ser más agresivo, incluso aunque se expusiese a golpes que perfectamente podía evitar con una estrategia conservadora, y en el segundo y en el tercer asalto avanzó y arrojó fuertes uno-dos y uno-dos-hook que sacudieron la cabeza de Herring, que pronto comenzó a dar signos de desgaste. En este sentido, aunque ante un Frampton al borde del retiro Herring tuvo un cierto “renacimiento”, no se pueden olvidar los problemas que pasó en su anterior duelo para gestionar la fatiga ante Jonathan Oquendo.
Así, midiéndose al boxeador más hábil que ha tenido frente a sí en toda su carrera sus problemas fueron a más, y aunque Herring se esforzó valientemente en el cuarto round por avanzar e intentar revertir el mal camino que estaba siguiendo el choque, el jab de “Fearless” le frenaba y sus esquivas le desdibujaban en gran medida, terminando el campeón por malgastar energías y perder la iniciativa igualmente ante un Stevenson que lanzaba contraofensivas mucho más determinantes.
Quizás en el quinto asalto Herring tuvo sus mejores momentos lanzando golpes a la desesperada en corta, a veces incluso entre clinches, pero aunque hizo todo lo que estuvo en su mano, en cuanto Stevenson ajustó en el sexto asalto y puso espacios volvieron a llegar dificultades para el campeón, que sólo se contuvieron un tanto por la maraña de agarres a la que se había encaminado el choque. Pero que las acciones tuviesen bastantes momentos cuerpo a cuerpo también contribuía a mermar más a Herring, que para el octavo round había perdido tensión muscular y que en el noveno fue alcanzado por claras combinaciones jab-cruzado zurdo o cruzado diestro-directo de izquierda, si bien fue en el décimo asalto cuando todo terminó.
Tras revisarse un corte en el párpado derecho de Herring un cruzado de izquierda le sorprendió sucedido por series de rectos, quedando dañado. Entonces fue perseguido y recibió un cruzado de derecha acompañado por un directo de mano adelantada, golpes que le alcanzaron retrocediendo y sin respuesta y que llevaron al árbitro, algo precipitadamente a detener el encuentro. La victoria a los puntos de Herring era ya imposible (las puntuaciones parciales eran de doble 90-91 y un 89-82, todos a favor de Stevenson) y estaba mermado y tarde o temprano podría haber llegado el KOT, pero quizás el tercer hombre debió esperar un poco para tener la certeza de que no estaba en condiciones de seguir.
Combinándose que se enfrentaba a un zurdo correoso con el hecho de que quería hacer una declaración de intenciones mostrándose más ofensivo, la pelea no fue excesivamente lucida por los periodos embarrados que se produjeron, pero Stevenson nuevamente dio muestra de sus grandes cualidades. Esta vez ello no se plasmó a través de una constante preocupación defensiva y una estrategia conservadora, sino a través de su precisión al ataque, de su selección de golpes, de su velocidad y de una defensa activa entre ofensivas. Por ello, aunque fue alcanzado más que en otros duelos de su carrera y en breves intervalos se pudo intuir que un pegador con gran presión podría generarle dificultades, Stevenson realmente mostró más versatilidad y dureza de la que había plasmado hasta ahora y tanto dominó las acciones con espacios como mantuvo el terreno cuando su oponente le intentó abrumar en corta.
En cuanto al futuro, mientras Herring dejó en el aire que no era descartable su retiro del boxeo profesional, ahora Stevenson apunta a una unificación de coronas. Es sabido desde hace bastantes meses que la idea de Bob Arum es que el ganador del Herring-Stevenson (ambos púgiles de su escuadra) se mida a otro boxeador de su compañía como el campeón WBC Óscar Valdez, por lo que siendo esta una oportunidad de oro para que la estrella estadounidense Stevenson mejore su prestigio a costa de un boxeador en el peor momento de su carrera (por su positivo en control antidopaje y por su controvertido triunfo en su último combate), parece difícil que en 2022 no veamos un choque entre ambos.