Esquiva Falcão se convirtió en retador obligatorio del ganador del Golovkin-Murata con decisión técnica ante Patrice Volny
Daniel Pi
@BastionBoxeo
Mandalay Bay, Las Vegas, Estados Unidos. Eliminatoria final IBF del peso medio.
La antesala mundialista del peso medio entre el plata olímpico y bronce mundial brasileño Esquiva Falcão 29(20KO)-0 y el imbatido canadiense Patrice Volny 16(10KO)-1, terminó con el primero de ambos obteniendo el acceso obligatorio a un duelo unificado ante el vencedor del Gennadiy Golovkin vs. Ryota Murata. No obstante, esta oportunidad titular la ganó con un triunfo por decisión dividida en una decisión técnica en el sexto asalto de un choque en el que Falcão no deslumbró. Las puntuaciones fueron de 58-56, 58-57 y 56-58, de las cuales las dos primeras son las más acertadas.
Siendo difícil de decir si estaba muy concentrado o si sus pensamientos estaban perdidos en otro lugar, con la mirada fija y sin parpadear durante largos instantes antes del comienzo del duelo, Volny no aplicó en el comienzo un plan de combate correcto, desperdiciando su largo alcance sin usar con firmeza sus rectos para tratar de mantener a raya a su oponente. Por ello, en el primer asalto el zurdo Falcão ya pudo llevar a las cuerdas a su contrincante e impactar potentes series de curvos.
Una vez llevado a la distancia corta Volny sacó alguna buena réplica con ganchos o uppercuts en el tercer asalto, en el que pareció despertar algo y redujo ligeramente la presión también con ciertos rectos, pero el brasileño no tardó en volver sobre su rival con su combinación de directo de izquierda-cruzado diestro y con sus hooks enlazados, superando claramente al canadiense en ritmo y frecuencia de golpeo en el cuarto. De nuevo, en el quinto asalto la acción osciló, puesto que entonces Volny sí se mostró dispuesto a mantener el terreno y arrojó una buena cantidad de hooks y uppercuts que dañaron ligeramente a su adversario y le hicieron retroceder, si bien Falcão volvió a la carga en el sexto asalto, haciendo retroceder a su oponente hasta el ensogado a base de ganchos antes de que se produjese un duro choque de cabezas.
Como consecuencia de ese impacto, Falcão padeció una brecha en la frente y se quejó de un intenso y recurrente dolor, siendo llevado con el médico, quien le revisó mientras el boxeador no dejaba de quejarse del daño. Así, tras unos instantes se decidió que el choque no podía continuar y que se debía llegar a una decisión técnica, que dio el arriba señalado triunfo a Falcão.
El veredicto de los jueces pareció justo, quedando sentenciado en un combate de sólo seis asaltos un Volny al que le costó arrancar y que, como se podía esperar, no se mantuvo sólido tácticamente. Aun así, y aunque Falcão mereció el triunfo, en él no mostró nada realmente especial, imponiéndose el brasileño más por el hecho de que a Volny le costó cambiar de marcha y decidirse a ofrecer respuesta en un número equivalente a los golpes recibidos que debido a que fuese ampliamente superior. Por ello, no habiendo mostrado un boxeo sin iniciativa excelente y dependiendo de que su oponente se repliegue para tener éxitos decisivos, Falcão no parece en la mejor de las posiciones para enfrentarse al monarca unificado moralmente reforzado que saldrá del choque Golovkin-Murata.