Un calmado Naoya Inoue castigó ocho asaltos a Aran Dipaen para retener sus cinturones mundiales gallo
Daniel Pi
@BastionBoxeo
Ryōgoku Kokugikan, Tokio, Japón. Campeonato mundial unificado WBA-IBF del peso gallo. Tercera puesta en juego de los cinturones unificados de Inoue.
Muchos analistas pensaban erradamente que el enfrentamiento entre el top 3 libra por libra Naoya “Monster” Inoue 22(19KO)-0 y el retador tailandés Aran Dipaen 12(11KO)-3(1) sólo se iba a prolongar unos breves instantes o, a lo sumo, unos pocos minutos. Sin embargo, sobre el ring y ante el temible pegador, Dipaen aguantó ocho asaltos (cuatro veces más de lo que resistió el entonces monarca mundial Emmanuel Rodríguez) antes de sucumbir ante Inoue que, eso sí, ofreció una actuación un tanto extraña respecto a sus estándares.
Durante los dos primeros rounds Inoue tuvo muy poca actividad, limitándose a tantear con su jab y hacer tímidas pruebas con sus rectos diestros ante un Dipaen que caminaba por el ring sin verse demasiado presionado y que también probó suerte con algún directo. La calma inicial de Inoue pudo parecer simplemente un innecesario estudio sin prisas, pero en ocasiones recibió directos e incluso pareció dudar al entrar. No fue hasta el tercer asalto que Inoue puso más esfuerzo ofensivo y amenazó con desbordar con directos, uppercuts y ganchos a Dipan que, valiente, intentó responder con su gancho diestro pero que se tuvo que replegar hasta las cuerdas.
Con todo, la presión de Inoue no se mantuvo alta, sino que permitió a su adversario salir de esta situación y de hecho dejó que Dipaen tomase la iniciativa brevemente en el cuarto y le llevase a las cuerdas, padeciendo una pequeña herida el japonés cerca de su ojo izquierdo a causa de los ganchos diestros que en ocasiones Dipaen lanzaba en los intervalos en los que el campeón se detenía en corta.
Esto no trastocó el claro dominio de “Monster” que, aunque no clavaba sus golpes como siempre hace y fue alcanzado por alguna contra en directo, incluso si no desplegaba toda su rapidez iba acumulando los daños contra el tailandés, quien padeció una hemorragia nasal y que cada vez iba a ir a menos por los uno-dos, ganchos al hígado y uppercuts diestros que recibía. La pelea se prolongó algo más, dado que Inoue se dejó quitar la iniciativa eventualmente en nuevas muestras de una desidiosa actitud, pero era cuestión de tiempo que el encuentro finalizase.
En el séptimo episodio una combinación de curvos podría haber hecho que un movido Dipaen padeciese la detención arbitral, pero el tercer hombre dejó seguir las acciones hasta el octavo, en el que Inoue impactó uppercuts diestros enlazados con hooks zurdos para continuar mermando a su contrincante. Finalmente, el aspirante cayó por una serie de ganchos y en la reanudación un hook de mano adelantada le estremeció, decretando el árbitro el KOT.
Aparentemente que el enfrenamiento no fuese un gran reto desmotivó a Inoue y esto le hizo lucir mucho menos que en la mayoría de combates pasados. Es verdad que hizo un trabajo de desgaste evidente, que estuvo por encima durante todo el combate y que nunca se vio amenazado seriamente, pero en su primera pelea emitida en PPV en su país y ante un rival al que nadie daba opciones no tuvo la mejor de las imágenes lanzando golpes sin ganas y, por ejemplo, cuando tenía a su oponente expuesto quedándose parado delante de él permitiendo que arrojase ganchos diestros.
Sí la falta de entusiasmo por el nivel del adversario fue la causante de esta actuación, esto debería cambiar en su próximo enfrentamiento, dado que se dice que Inoue y Nonito Donaire empezarán a negociar pronto una triple unificación para marzo o abril, choque que es el mayor encuentro posible en la división en la actualidad y una interesantísima revancha del vibrante combate que ofrecieron ambos en noviembre de 2019.