Kazuto Ioka retuvo su cinturón mundial en muy exigente combate contra más bravo que astuto Ryoji Fukunaga
Daniel Pi
@BastionBoxeo
Ota-City General Gymnasium, Tokyo, Japón. Campeonato mundial WBO del peso supermosca. Cuarta puesta en juego del titular Ioka.
A veces los azares del destino que pueden parecer de entrada un duro varapalo terminan mostrándose posteriormente como un hecho afortunado respecto a un evitado mal mayor. Esto es lo que le sucedió al campeón mundial WBO del peso supermosca Kazuto Ioka 28(15KO)-2, que a falta de menos de un mes para uno de los más importantes cruces de su carrera, una unificación contra Jerwin Ancajas, vio como esa pelea era cancelada debido a las restricciones gubernamentales al acceso a Japón. No obstante, esto terminó siendo finalmente un hecho positivo para él, puesto que de haberse producido ese duelo en Fin de Año perfectamente podría haber perdido en él su corona, algo que no estuvo lejos de sucederle ante un rival muy inferior en nivel a Ancajas como el retador voluntario avisado con menos de dos semanas Ryoji Fukunaga 15(14KO)-5(1).
Quienes pensaban que este remplazo era un mal boxeador se equivocaban de lleno (esto se encargó de demostrarlo sobre el ring el propio Fukunaga), pero habiendo padecido derrotas o notables dificultades ante varios oponentes bastante por debajo del top 15 y estando cerca del retiro por edad, el retador no era una amenaza equivalente a la de Ancajas. Aun así, Fukunaga igualó mucho las acciones, hasta el punto de que un empate es perfectamente justificable e incluso algunos le vieron ganar. No obstante, los jueces dieron finalmente puntuaciones de razonable 115-113, de 116-112 y de un corrupto hasta la médula 118-110 que sirvieron a Ioka para retener su cinturón.
El factor determinante en el resultado fue la disparidad en inteligencia de ring y astucia de uno y otro contendiente, favoreciendo enteramente esto al taimado Ioka. Esto se tradujo durante el duelo en que en varios rounds muy igualados el monarca supo hábilmente gestionar y repartir sus puños para lograr dar la réplica o armar una controfensiva en el momento óptimo y decantar con ello las cartulinas. Sin esto Ioka habría podido perder claramente contra un Fukunaga que, faltándole inteligencia de ring y manejo de los tiempos de asalto, lo compensó con una voluntad fantástica y no poca precisión.
Los contendientes se situaron al comienzo cerca del centro del ring y en la distancia media y media-corta, siendo Ioka quien hizo valer su habilidad a través de cortas combinaciones y afilados rectos. En el segundo asalto el zurdo Fukunaga comenzó a sacar algún buen recto, pero no fue hasta el tercero en el que conectó nítidos golpes de poder que pusieron de manifiesto que no había entrado al ring sólo para vivir la experiencia de un campeonato mundial.
Viéndose amenazado por las manos del pegador, Ioka supo reaccionar, ajustó y tuvo un buen cuarto asalto y un también positivo quinto round, siendo en ellos clave su capacidad para puntuar mentalmente el episodio y realizar siempre una acción ofensiva más que su oponente. Así, llegados a la mitad el campeón tenía una importante ventaja, aunque entonces esta comenzó a acortarse. Tanto en el sexto round (en el que Ioka hizo un gesto invitando a su rival a pegarle y se descuidó, recibiendo un puño claro) como en el séptimo los persistentes izquierdazos de Fukunaga comenzaron a resultar evidentemente peligrosos y eficaces, de modo que a partir del octavo episodio el titular necesitó añadir más dinamismo a su boxeo y abrir más el cuadrilátero.
Con todo, aunque brevemente esto le sirvió a Ioka, la presión de Fukunaga siguió yendo a más y sus rectos continuaron impactando con creciente frecuencia y claridad, llegando con un potente directo zurdo en un décimo asalto en el que el campeón se vio obligado a intensificar aún más su movilidad. Encerrado ya en las cuerdas, en el undécimo round Ioka volvió a tirar de astucia de forma crucial para, con contragolpes oportunos, contener a un Fukunaga que entonces dudó y no supo dar continuidad a su hostigamiento, si bien hasta el final siguió intentando arrebatarle el cinto a su contrincante.
Dejando de lado que las circunstancias no fueron las ideales para encarar el choque y que su adversario combatió consciente de que no iba a volver a tener una oportunidad tan grande en su trayectoria, las peleas recientes en las que Ioka a penas ha logrado marcar la diferencia por estrecho margen son ya demasiadas. Exceptuando su choque contra Kosei Tanaka en el que venció por KOT (pelea rodeada por el positivo en dopaje luego anulado de Ioka), el campeón WBO se ha impuesto por muy reducida diferencia, además de a Fukunaga, a Francisco Rodríguez Jr. y a Jeyver Cintrón, boxeadores menos hábiles que Jerwin Ancajas.
Es verdad que aunque sea por poco cada vez Ioka ha logrado decantar la balanza de su lado, y que hay púgiles que en sus mayores retos aumentan su rendimiento, pero la afianzada tendencia a vencer por poco no es nada positiva y deberá ser tenida en cuenta si, como se asegura que sucederá, la unificación con Ancajas vuelve a ser puesta en la mesa de negociaciones para este 2022.