Josh Taylor

A pesar de los sesgadísimos comentarios a favor de Catterall, Josh Taylor conservó su corona indiscutida del peso superligero

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Daniel Pi
@BastionBoxeo

SSE Hydro, Glasgow, Reino Unido. Campeonato mundial por la corona indiscutida del peso superligero. Títulos WBA, WBC, IBF y WBO en posesión de Taylor. Primera defensa.

No fue ni por asomo la mejor actuación de su carrera, de hecho fue, más que simple, decepcionante y con un boxeo nada brillante, malgastando muchos minutos ineficaz, e incluso cayó a la lona en una ocasión. Sin embargo, Josh “The Tartan Tornado” Taylor 19(13KO)-0 hizo suficiente para lograr la victoria ante el invicto Jack “El Gato” Catterall 26(13KO)-1 a pesar de lo muchísimo que se sesgaron los comentaristas del evento.

En el caso concreto de la emisión de Sky, la actuación de los analistas no fue desacertada o negligente, sino que fue espantosamente parcial, prácticamente subiéndose a la silla del entusiasmo para celebrar hasta cuando Catterall conectaba un tibio jab o impactaba un evidente golpe bajo. Lo sesgados y patéticos que resultaron los comentarios de la cadena quedó nítidamente de manifiesto cuando se dijo que en las cartulinas extraoficiales de la cadena llevaban a Catterall 5-0 en los primeros cinco rounds, algo que no se correspondió con lo sucedido sobre el ring.

Como tantas otras veces, además, la falta de imparcialidad se vio acompañada por unas “estadísticas” de puños irreales y que evidenciaron que había algo más que comentarios equivocados detrás de la visión que se les quería introducir en la mente a los espectadores. En cualquier caso, aunque los analistas señalaron que la victoria del retador había resultado amplia y evidente, los jueces dieron cartulinas razonables y justificables de 113-112 a favor de Catterall y de 114-111 y 113-112 a favor de Taylor, quien obtuvo la victoria dividida.

El encuentro se abrió como se esperaba, con ambos púgiles zurdos tratando de encontrar el camino para conectar sus rectos desde la distancia media-larga y larga. En este escenario táctico, los dos se mostraron atentos en defensa y quizás el jab de Taylor fue más afilado, pero Catterall conectó los golpes más llamativos con escasos directos de izquierda a la contra.

Por ello, viendo que “El Gato” estaba rápido y astuto pelando con espacios, Taylor tomó la acertada decisión de tratar de acortar la distancia y de trabajar cuerpo a cuerpo con sus hooks y uppercuts, logrando mejores resultados en un tercer asalto en el que pareció mover un tanto a su adversario con un gancho arriba. De todos modos, Taylor no conseguía neutralizar del todo la habilidad de su contrincante y la pelea no terminaba de romperse, especialmente embarrándose ambos en muchos desordenados cruces y en acciones antirreglamentarias entre sus acertadas ofensivas.

Sea como sea, hacia la mitad Catterall impactó puños significativos, como por ejemplo cortas y precisas series de rectos, y supo explotar los errores de Taylor contragolpeándole con oportunistas uppercuts cuando su rival se precipitaba en su persecución. Estas dificultades fueron a más en el octavo round, cuando Catterall derribó al monarca con un par de izquierdas que le golpearon agachado.

A Taylor no le quedaba otra que ir a por todas, y efectivamente “The Tartan Tornado” salió más agresivo al noveno asalto, conectando buenos directos arriba y algunos ganchos zurdos al hígado. Además, Catterall cometió una increíble estupidez en el décimo asalto y, después de haber sido advertido múltiples veces, mantuvo la cabeza de su rival empujada hacia abajo durante unos segundos cuando el árbitro le ordenó que le soltase, perdiendo por ello merecidamente un punto. No obstante, pareció que a Taylor le dio envidia esta ilegalidad y también decidió comportarse como un tonto, así que después del final del undécimo asalto le dio un ridículo golpe en el estómago a su rival, perdiendo también un punto.

Dejando de lado estas acciones, Catterall, como en otras fases del combate y como en otros momentos de su carrera, tuvo en el tramo final una actitud demasiado conservadora y una cadencia de golpeo más que escasa, por lo que por mera voluntad e insistencia Taylor logró unos rounds decisivos.

Sin duda, la artificial polémica que rodeará al veredicto de este combate tendrá consecuencias para Taylor, que posiblemente se verá obligado a aceptar condiciones algo menos favorables para su próximo combate. En cuanto a cuál será su opción, recopilando las declaraciones que ha ofrecido Taylor en las últimas semanas nada más se llega a una única conclusión bastante simple: que el boxeador quiere mantener todas las vías abiertas.

Y es que el invicto campeón ha hablado de permanecer en el peso superligero (peso que dice poder dar sin problemas) para acometer una defensa, quizás ante Teófimo López, de ascender al peso wélter para enfrentarse a Terence Crawford o de acometer una pugna de adaptación en la nueva división. En definitiva, sumando esto a una nueva posible defensa obligatoria en caso de que se mantenga en el peso superligero, Taylor todavía no ha tomado una decisión respecto a su futuro y posiblemente tardemos bastantes semanas en conocer la respuesta, aunque sea cuál sea se verá rodeada de reproches y de críticas tanto por sus propios fallos como por las palabras corruptas de analistas sin escrúpulos.


Despite the biased comments of the broadcast in favor of Catterall, Taylor retained his undisputed super lightweight crown

Daniel Pi
@BastionBoxing

SSE Hydro, Glasgow, UK. World championship for the undisputed super lightweight title. WBA, WBC, IBF and WBO belts in possession of Taylor. First defense.

It was not by far the best performance of his career, in fact it was, more than simple, disappointing and with a boxing that was not brilliant at all, as he spend many minutes ineffectively and he even was dropped to the canvas on one occasion. However, Josh “The Tartan Tornado” Taylor 19(13KO)-0 did enough to obtain the victory against the undefeated Jack “El Gato” Catterall 26(13KO)-1 despite how much the analysts supported the challenger.

In the particular case of the Sky broadcast, the analysts were not negligent or ineffective, but rather appallingly biased, practically jumping on the chair with enthusiasm to celebrate even when Catterall landed a tepid jab. How pathetic the network’s comments were was made clear when it was said that their unofficial scorecard was of 5-0 in favor of Catterall, something that did not correspond to what happened in the ring.

As so many other times, in addition, the lack of impartiality was accompanied by some «statistics» of punches landed that did not match with reality and that showed that there was something more than wrong comments behind the vision that they wanted to introduce in the minds of the viewers. In any case, although the analysts pointed out that the challenger’s victory had been broad and obvious, the judges gave reasonable and justifiable scores of 113-112 in favor of Catterall and 114-111 and 113-112 in favor of Taylor, who obtained the split decision victory.

The bout opened up as expected, with both southpaws trying to find their way to land their straight punches from mid-long and long range. In this tactical scenario, both were wary defensively and perhaps Taylor’s jab was slightly sharper, but Catterall landed the most striking shots with good counter left hands.

Therefore, seeing that “El Gato” was fast and cunning fighting at long range, Taylor made the right decision and tried to close the distance and work with his hooks and uppercuts, achieving better results in a third round in which he seemed to move his opponent somewhat with a hook. However, Taylor could not neutralize his opponent’s ability and the fight did not broke, especially getting both entangled in many messy exchanges and in illegal actions between their successful offensives.

Be that as it may, towards the mid point Catterall landed significant shots, such as short and precise combinations of straight punches, and was able to exploit Taylor’s mistakes by countering him with opportunistic uppercuts when his opponent rushed in. These difficulties were even further in the eighth round, when Catterall dropped the champion with a pair of left hands that hit him crouched.

Taylor had no choice but to give his all, and indeed “The Tartan Tornado” came out more aggressive in the ninth round, landing good straight shots upstairs and some left hooks to the liver. In addition to this, Catterall made an unbelievable mistake in the tenth round and, after being warned multiple times, kept his opponent’s head down for a few seconds when the referee ordered him to let him go, deservedly losing a point. However, it seemed that Taylor became envious of this illegality and also decided to behave like a silly, so after the end of the eleventh round he delivered a ridiculous punch to his opponent’s stomach, also losing a point.

Leaving aside these actions, Catterall, as in other phases of the fight and as in other moments of his career, had an overly conservative attitude in the final stretch and a more than low hitting rate, so by mere will and insistence Taylor got decisive rounds.

Undoubtedly, the artificial controversy surrounding the verdict of this fight will have consequences for Taylor, who will possibly be forced to accept somewhat less favorable terms for his next fight. As for what his option will be, compiling the statements that Taylor has offered in recent weeks, the conclusion is simple: the boxer wants to keep all the possibilities open.

The undefeated champion has talked about staying in super lightweight (weight that he says he can make without problems) to undertake a defense, perhaps against Teófimo López, about moving up to welterweight to face Terence Crawford or about to have a tune-up to adapt to the new division. In short, adding this to a new possible mandatory defense in case he stays at super lightweight, Taylor has not yet made a decision regarding his future and it may take a few months for us to know the answer, although whatever it is will be surrounded by reproaches and criticism both for his own failures and for the corrupt words of the analysts.