Cartel promocional del evento Devin Haney vs. Vasiliy Lomachenko

Previa: Devin Haney disputa el mayor combate de su carrera ante el veterano, futuro Salón de la Fama, Lomachenko

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Daniel Pi
@BastionBoxeo

Ha llegado la hora de la verdad para Devin Haney 29(15KO)-0. Hasta ahora el estadounidense se ha mantenido invicto, ha ido cumpliendo sus objetivos uno a uno e incluso ha ido más allá convirtiéndose en campeón indiscutido del peso ligero. No obstante, es perfectamente posible pensar que, pese a su talento y a su eficacia, todavía no ha demostrado que es tan bueno como él mismo afirma, faltándole un enfrentamiento de gran calibre ante un púgil del máximo nivel y con la destreza para ponerle verdadermanente a prueba.

Y es que, por casualidades del destino, realmente Haney ha tenido que trabajar muchísimo menos que la mayoría de púgiles que logran llegar a una corona indiscutida. En este sentido, en su etapa de contendiente, Haney se anotó sus mayores triunfos ante Zaur Abdullaev (que tuvo la peor actuación de su carrera en su debut estadounidense) y Antonio Morán, mientras que una vez que se hizo con un cinturón WBC sus triunfos llegaron ante boxeadores muy veteranos y castigados como Gamboa (ante el que no brilló en absoluto) y Linares y contra un “Jo Jo” Díaz con evidentes limitaciones y que estaba yendo cuesta abajo y sin frenos fuera del ring.

Es verdad que en la pelea por la corona indiscutida ante Kambosos, Haney cumplió a la perfección, y encima dos veces y como visitante. Aun así, es imposible negar que Kambosos es uno de los peores triples campeones unificados que han habido en la historia reciente y que tiene un estilo completamente a medida para Haney, ya que no es muy veloz y además es incapaz de ejercer intensa presión y trabajar con dureza en corta de forma consistente.

Así, enfrentándose este sábado, en el MGM Grand de Las Vegas, Estados Unidos, a un futuro miembro del Salón de la Fama como Vasyl Lomachenko 17(11KO)-2 es indudable que Haney se medirá de lejos al oponente más difícil que ha tenido delante en su carrera.

Es evidente que “Loma” ha dejado atrás hace tiempo su mejor momento, que no tuvo una gran actuación ante Jamaine Ortiz (que había sido su compañero de sparring muchas veces) en su combate más reciente y que encima pelea, en su división techo, ante un boxeador mucho más joven, grande y con una descomunal ventaja en alcance. Aun así, resultaría irracional comparar a Lomachenko con boxeadores como Gamboa, Díaz o Morán, y no hay que pasar por alto que un Linares en la recta final de su carrera y que había sido noqueado en un round por Pablo César Cano generó serias dificultades a Haney, al que llegó a estremecer duramente. De hecho, mientras Lomachenko pudo noquear en el décimo asalto a Linares años atrás, Haney necesitó llegar a una decisión contra una versión muy venida a menos del venezolano.

De todos modos, estos no son los únicos elementos que permiten considerar que el Haney-Loma no está ni mucho menos tan desnivelado a favor del primero como algunos piensan, puesto que el estadounidense se ha estancado ejecutando un único tipo de boxeo ante rivales que no tenían las capacidades físicas o la destreza para lidiar con él. Es decir, su táctica de jab y clinch le ha dado resultados ante púgiles lentos de piernas, lejos de su plenitud o con poca inteligencia de ring o amplitud técnica y táctica para plantarle cara, si bien el zurdo Lomachenko es un púgil excepcional en este sentido, siendo uno de los boxeadores con mayor capacidad de desborde por habilidad del siglo XXI.

Por otra parte, Haney ha parecido mentalmente algo descentrado en los últimos meses, muestra de lo cual ha sido su absurda insistencia calificando al ucraniano como “boxeador sucio”, valoración que ni siquiera los detractores de Lomachenko comparten y que parece un signo de inseguridad. Esto contrasta con la motivación de un Lomachenko que, aunque no dio lo mejor de sí para una pelea sin título ante Ortiz, ha dejado entrever que podría retirarse si no logra tener éxito en este intento final de convertirse en campeón indiscutido.

Finalmente, no hay que perder de vista que este es el último combate del contrato de Haney con Top Rank, compañía que quiere asegurarse que el ganador del choque del sábado se enfrente a continuación a Shakur Stevenson. Por lo tanto, a la compañía podría interesarle más una victoria de Lomachenko, que todavía tiene contrato con Top Rank, para facilitar el acceso titular en el peso ligero de Stevenson y mantener bajo control los cuatro cintos de la división.

Dejando al margen el hecho de que Lomachenko parece estar en gran estado de forma y que quizás algunos podrían estar infravalorándolo, en el aspecto táctico la clave estará en cómo es capaz de lidiar el europeo con el jab de Haney, su principal arma. Es posible que inicialmente Lomachenko tenga dificultades con él, pero si consigue encontrar la manera de, respondiendo al jab, usar sus diagonales, acortar los espacios rápido y trabajar con sus rectos y sus breves, rápidas y variadas combinaciones, el choque podría tornarse muy complejo para Haney. Especialmente si Lomachenko se ha preparado para explotar su menor alcance en corta antes de que Haney recurra a sus siempre presentes abrazos.

Existe la posibilidad de que Lomachenko no pueda mantener el necesario despliegue de energías y de actividad durante doce asaltos sin cansarse de forma decisiva a estas alturas de su carrera. O quizás simplemente ahora mismo no tenga las piernas para sobrepasar los 14 cm de ventaja en alcance de un boxeador con reflejos, rápido, atlético y en plenitud, y Haney logre hacerse con la victoria. Sin embargo, incluso si Lomachenko no puede dar lo mejor de sí y se queda corto, es de suponer que todavía tendrá lo suficiente en sus guantes como para generarle más obstáculos a Haney que ningún otro de sus oponentes hasta la fecha.

El combate Haney-Lomachenko y su respaldo principal (que será tratado en la próxima previa) será emitido en Estados Unidos a través de un PPV de ESPN+ que costará 60$ y que comenzará a las 10:00 p.m. ET / 7:00 p.m. PT, las 4:00 de la madrugada en hora española.


Cartel promocional del evento Devin Haney vs. Vasiliy Lomachenko

Preview: Devin Haney faces the biggest fight of his career to date against veteran, future Hall of Famer, Lomachenko

Daniel Pi
@BastionBoxing

The moment of truth has arrived for Devin Haney 29(15KO)-0. Until now, the American has remained undefeated, has met his goals one by one and has even gone further by becoming undisputed lightweight champion. However, it is perfectly possible to think that, despite his talent and his effectiveness, he has not yet shown that he is as good as he claims, as he still lacks a high-calibre matchup against a top-level fighter with the skill to truly put him to the test.

By chance or fate, Haney has really had to work much less than what most boxers have to reach an undisputed crown: in his contender stage, Haney scored his biggest wins against Zaur Abdullaev (who had the worst performance of his career in his American debut) and Antonio Morán, while once he took a WBC belt his wins came against very veteran and punished boxers such as Gamboa (against whom he did not shine at all) and Linares and against «Jo Jo» Díaz, boxer with obvious limitations and who was going downhill without brakes outside the ring.

It is true that in the fight for the undisputed title against Kambosos, Haney performed really well, and on top of that twice and as a visitor. Still, it’s impossible to deny that Kambosos is one of the worst three-belt unified champions in recent memory and that he has a style completely tailor-made for Haney, as he is not very fast and he is incapable of applying intense pressure and working hard on short range consistently.

Thus, battling this Saturday, at the MGM Grand in Las Vegas, United States, a future Hall of Famer like Vasyl Lomachenko 17(11KO)-2, there is no doubt that Haney will face the most difficult opponent he has ever had in his career.

It is evident that «Loma» left behind his prime years ago, that he did not have a great performance against Jamaine Ortiz (who had been his sparring partner many times) in his most recent fight and that on Saturday he will face, in his ceiling-division, a much younger and bigger boxer with a huge advantage in reach. Even so, it would be illogical to compare Lomachenko with boxers like Gamboa, Díaz or Morán, and it should not be overlooked that Linares, in the final stretch of his career and after being knocked out in one round by Pablo César Cano, created serious difficulties for Haney, whom he rocked hard. In fact, while Lomachenko was able to stop Linares in the tenth round years before, Haney won a decision against a very faded version of the Venezuelan.

In any case, these are not the only elements that make the Haney-Loma fight not as uneven in favor of the former as some think, since the American has stalled using a single type of boxing against opponents who did not have the physical qualities or the skill to deal with it. That is to say, his jab and clinch tactic has given him positive results against slow-footed fighters, very far from their primes, with little ring intelligence or without the technical and tactical resources to stand up to him, although the southpaw Lomachenko is an exceptional fighter in this sense, as he is one of the boxers with more ability to outflank and outsmart his opponents of the 21st century.

On the other hand, Haney has seemed mentally unfocused in recent months, an example of which has been his absurd insistence in describing the Ukrainian as a «dirty boxer», an assessment that not even Lomachenko’s detractors have shared with him and that could be a sign of insecurity. This contrasts with the motivation of Lomachenko who, although he did not put on his best performance in a non-title fight against Ortiz, has hinted that he could retire if he does not manage to succeed in this final attempt to become undisputed champion.

Finally, we must not lose sight of the fact that this is the last fight of Haney’s contract with Top Rank, company that wants to ensure that the winner of Saturday’s clash faces Shakur Stevenson next. Therefore, Bob Arum may be more interested in a Lomachenko win, as he is still under contract with Top Rank, to ease Stevenson’s access to a lightweight title fight and keep the division’s four belts under control.

Leaving aside the fact that Lomachenko seems to be in great shape and perhaps some might be underestimating him, the tactical key of the bout will be how well the European is able to deal with Haney’s jab, his main weapon. Lomachenko may initially have a hard time with it, but if he manages to find a way to, responding to his opponent’s jab, use angles, close distance quickly and work with his straight shots and with brief, fast and varied combinations, the match-up could become very complex for Haney. Especially if Lomachenko has trained to exploit his shorter range at close distance before Haney resorts to his ever-present hugs.

There’s a chance that Lomachenko won’t be able to keep up the necessary work rate for twelve rounds without decisively tiring at this point in his career. Or maybe he just doesn’t have anymore the footwork and agility to deal with the 5½” (14 cm) reach advantage of a fast, athletic boxer in his prime, and Haney will be able to score the win. However, even if Lomachenko can’t do his best and comes up short, presumably he’ll still have enough on his gloves to generate more difficulties to Haney than any of his opponents to date.

The Haney-Lomachenko fight and its main support (which will be discussed in the next preview) will be broadcast in the United States through an ESPN+ PPV that will cost $60 and will begin at 10:00 p.m. ET / 7:00 p.m. PT. In the UK, Sky Sports Main Event and Sky Sports Action will air the full card from 12:00 a.m.