Vladimir Shishkin

Shishkin debería ser el nuevo campeón mundial y no Scull. Una víctima más del “cualquiera de los dos podría haber ganado”

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Daniel Pi
@BastionBoxeo

Seguramente, muchos dirán que en este caso, como en tantísimo otros, no hay que usar la palabra robo, que debe quedar reservada sólo para injusticias descomunales. Pero es precisamente por consideraciones como estas que las decisiones polémicas en el pugilismo nunca terminan ni terminarán: las élites económicas y organizativas del boxeo pueden justificar cualquier resultado con gran facilidad diciendo simplemente “podría haber sido un 115-113 para cualquiera de los dos lados, esto no ha sido un robo”.

Esto mismo se está diciendo del combate del pasado sábado entre el ruso Vladimir Shishkin 16(10KO)-1 y el cubano William Scull 23(9KO)-0, campeonato mundial por el vacante cinturón IBF del peso supermedio en el que el primero mereció ganar (y así lo vieron la gran mayoría), pero que terminó con un triunfo del segundo por decisión unánime y tarjetas de 115-113, 116-113 y 116-112. La puntuación de Bastión Boxeo es de 115-112 a favor de Shishkin.

Scull, que combatía como local y en una cartelera de su promotor, tuvo éxito inicialmente usando algunos jabs y contragolpes aislados, pero posteriormente Shishkin, una vez que hubo medido la distancia y el timing, empezó a trabajar de forma mucho más consistente con el jab, el uno-dos y con combinaciones de ganchos al cuerpo. El ruso no ofreció un trabajo extraordinario, pero se llevó los rounds a base de regularidad ante un Scull, impreciso, irresolutivo e inactivo de manos.

Cuando la diferencia parecía ser ya muy grande a favor de Shishkin, Scull reaccionó intentando evitar la derrota y, manteniendo un poco más el terreno y usando sus manos con más frecuencia, pudo llegar con ganchos de izquierda, jabs y alguna explosiva contra en directo o uppercut. Pero aunque esto le permitió a Scull acortar la distancia, Shishkin pareció dar el golpe en la mesa definitivo en el último round, en el que dejó tocado a su rival con un doble jab, obligándole a correr, agarrarse (algo que hizo demasiado durante todo el combate) y a tirar descaradamente el protector bucal para ganar tiempo. Esto último debería haberle conllevado el descuento de un punto a Scull.

En atletismo sería injustificable que el segundo ganase una carrera de 100 metros lisos si ha llegado unas centésimas más tarde que el primero. En fútbol sería absurdo que un equipo perdiese a pesar de terminar el marcador en un 0-1 a su favor. En básket no se podría decir que la decisiva última canasta sobre la bocina no debe ser contabilizada porque el partido se había mantenido 110 a 110 hasta antes de ese tiro. Pero en el boxeo semana tras semana se justifican resultados injustos con la historia del “estuvo igualado, pudo ganar cualquiera por 115-113”, aunque la gran mayoría haya visto ganar a un mismo púgil y haya motivos para pensar que su derrota final es debida simplemente a los intereses de promotores, comisiones, organizaciones, casas de apuestas, etc.

Sea como sea, aunque el equipo de Shishkin ha apelado el resultado, no sería sorprendente que éste se mantuviese (como casi siempre ocurre) y que ahora Scull intentase maniobrar para conseguir una pugna ante Canelo Álvarez, que posee los otros tres cinturones de la categoría.


Shishkin should be the new world champion, not Scull. Another victim of the “either one could have won by a round”

Daniel Pi
@BastionBoxing

Surely, many will say that in this case, as in so many others, the word robbery should not be used, and that it should be reserved only for huge injustices. But it is precisely because of considerations like these that controversial decisions in boxing will never end: the powers that be can justify any result with great ease by simply saying that “the score could have been 115-113 for either fighter, this is not a robbery.”

The same is being said about last Saturday’s fight between Russian Vladimir Shishkin 16(10KO)-1 and Cuban William Scull 23(9KO)-0, world championship for the vacant IBF super middleweight belt in which the former deserved to win (the vast majority of fans so considered it too), but which ended with a victory for the latter by unanimous decision and scorecards of 115-113, 116-113 and 116-112. Bastion Boxing’s score is 115-112 in favor of Shishkin.

Scull, who was fighting at home and on a card organized by his promoter, was initially successful using some jabs and counterpunches, but later Shishkin, once he had measured the distance and timed his opponent, began to work much more consistently with the jab, the one-two and with combinations of hooks to the body. The Russian did not offer an extraordinary performance, but he won the rounds with consistency against Scull, who was imprecise, irresolute and inactive with his hands.

When the difference seemed to be very wide in favor of Shishkin, Scull reacted trying to avoid defeat and, holding his ground a little more and using his hands more frequently, he was able to land left hooks, jabs and some explosive counters in straight right or uppercut. But although this allowed Scull to close the gap, Shishkin seemed to definitley secure victory in the last round, in which he hurt his opponent with a double jab, forcing the Cuban to run, clinch (something he did too much throughout the bout) and shamelessly throw away his mouthpice to buy time. This should have resulted in a point deduction.

In athletics it would be impossible for the second runner to cross the finish line to win a 100-meter race if he had arrived a few hundredths of a second later than the first. In soccer it would be absurd for a team to lose despite a final 0-1 in their favor. In basketball it could not be said that the buzzer-beater should not be counted in the final score because the match had remained 110-110 before that last action. But in boxing, week after week unfair results are justified with sentences as “it was close, either boxer could have won by 115-113”, even though the vast majority has seen the same fighter win and there are reasons to think that his final defeat is simply due to the interests of promoters, commissions, organizations, bookmakers, etc.

Either way, while Shishkin’s team has appealed the result, it would not be surprising if it were upheld (as it almost always is) and Scull now tries to reach a fight with Canelo Alvarez, who holds the other three belts in the division.