El WBC vuelve a ponerse en ridículo a sí mismo: eliminatoria supermedio Anthony Dirrell vs. Kyrone Davis
Daniel Pi
@BastionBoxeo
Existe la posibilidad real de que el WBC quiera tomar sus decisiones de la peor manera posible para intentar autodestruirse y desaparecer, algo que sería muy positivo para el interés del deporte, que se desharía de una de sus rémoras. Por el contrario, si sólo busca meramente el enriquecimiento y piensa que puede engañar a los aficionados y expertos con su palabrería, no puede estar más equivocada la cúpula del organismo dirigido por Mauricio Sulaimán.
A falta de una semana para que se dispute el desniveladísimo enfrentamiento entre el mexicano Saúl “Canelo” Álvarez y el turco Avni Yildirim, aspirante obligatorio nombrado por el WBC en un gesto tan arbitrario como ridículo, el Consejo ha decidido ahora que el siguiente retador oficial de la categoría se decidirá en un combate que tendrá lugar también la próxima semana entre Anthony Dirrell y Kyrone Davis. Si esta pelea se embadurna con charlatanería, puede llegar a parecer que tiene sentido que sea una eliminatoria, pero lo cierto es que es fácil demostrar que en ningún caso debería ser una antesala mundialista.
En primer lugar, al contrario de lo que suele ser la norma en los organismos mundiales, Dirrell accederá directamente a esta eliminatoria después de una derrota, la que sufrió por knockout en el noveno episodio a manos de David Benavídez. Además, se debe destacar que desde entonces, septiembre de 2019, el púgil estadounidense no ha vuelto a subirse a un ring, por lo que carece, ya no de méritos, sino de actividad durante cerca de un año y medio. ¿A caso no hay aspirantes de nivel en la categoría del peso supermedio que podrían merecer más que él la oportunidad? La respuesta a esta pregunta es evidente.
Por el otro lado, realmente la situación es peor aún, puesto que su rival Kyrone Davis no tiene ni una sola victoria ante un adversario que esté o haya estado remotamente cerca del top 15, siendo su recorrido reciente bastante pobre. Y es que, después de una clara derrota ante el malogrado Patrick Day (D.E.P) en el peso superwélter en marzo de 2018, sólo ha disputado dos peleas más en el peso medio y ante oponentes que no tenían ni siquiera una decena de victorias. ¿Cómo es posible que dos victorias en el peso medio ante, en el mejor de los casos, piedras de toque pueda dar legitimidad para disputar una eliminatoria del peso supermedio?
En definitiva, esta es una muestra más de la desvergüenza del WBC, que quiere regalarle a otro púgil de PBC una fácil oportunidad mundialista que seguramente no podría ganarse de enfrentarse a un aspirante de élite, todo ello a la vez que se le da un nuevo retador obligatorio demasiado sencillo a Canelo Álvarez. Por lo demás, la velada de Premier Boxing Champions en la que se encuadrará esta contienda es del nivel más bajo que ha tenido en mucho tiempo esta iniciativa, pareciendo que el desparejado respaldo ha sido pensado para no hacer desentonar más todavía un Dirrell-Davis que simplemente es otra ignominia más para el boxeo surgida de las manos del WBC.