El WBC crea un nuevo subcampeonato en el peso supermosca y un nuevo campeón franquicia: Juan Francisco Estrada
Daniel Pi
@BastionBoxeo
El Consejo Mundial de Boxeo afirmó cuando creó su etiqueta de “campeón franquicia” que esto iba a ser algo extremadamente puntual y que muy pocos de sus titulares iban a recibir tal designación, sin embargo, saltándonos los meses de total parón boxístico, en el último año y medio de actividad real se han nombrado ya tres campeones franquicias, siendo el último el mexicano Juan Francisco “Gallo” Estrada.
Y es que el WBC ha decidido, como siempre de forma arbitraria, que iba a elevar a esa posición (equivalente en líneas generales a la del supercampeón WBA) a Estrada para que así pudiese evitar la defensa obligatoria que el propio organismo le había situado delante a continuación ante Wisaksil Wangek (Srisaket Sor Rungvisai).
Dado que el nombramiento dejará el camino libre para que se pueda pactar una muy deseada tercera pugna entre Estrada y «Chocolatito» González y como el WBC ha ordenado una pelea entre Wangek y Carlos Cuadras por el título de subcampeón (el equivalente al regular WBA), muchos que clamaron en el pasado contra esta iniciativa han preferido mirar para otro lado esta vez o incluso alabar este movimiento ilícito de parte del WBC. Con todo, que nos gusten los enfrentamientos que se van a realizar no quita que el organismo ha retorcido sus normas y la justicia deportiva una vez más para quitar de en medio a un retador obligatorio que no le interesaba, todo ello ahondando en la nefasta política de múltiples campeones y afianzando una solución que será fuente de nuevas irregularidades en el futuro.
Por otro lado, todo hubiese sido igualmente realizable, incluso de manera más fácil, sin contar con la designación de campeón franquicia: se podrían haber ordenado una nueva pelea Estrada-Chocolatito y una eliminatoria Wangek-Cuadras, movimiento que habría sido también arbitrario pero que no habría requerido inventarse cinturones que confunden más a los espectadores.
Con todo, el WBC ha preferido la solución de múltiples títulos para así poder cobrar más dinero por poner su sello a los combates, todo ello a la vez que finge delante de los aficionados que su decisión ha sido tomada únicamente por el interés del boxeo.