Jermall Charlo

Jermall Charlo venció con amplias cartulinas a Juan Montiel pero deslucidamente y con momentos de dificultad

Daniel Pi
@BastionBoxeo

Toyota Center, Houston, Estados Unidos. Campeonato mundial WBC del peso medio.

Después de haber recibido en el pasado muchas críticas por sus elecciones de oponentes, y tras cuestionarse mucho los méritos de su recorrido, el campeón mundial WBC del peso medio Jermall “Hit Man” Charlo 32(22KO)-0 parecía que había logrado dar un paso decisivo en su boxeo y en su valoración derrotando de forma merecida al durísimo Sergiy Derevyanchenko. Sin embargo, un combate después, ante un adversario que entraba sin que se le diesen posibilidades como el mexicano Juan Macías Montiel 22(22KO)-5(1)-2, Charlo tuvo una actuación muy poco convincente en la que mostró notable involución respecto a su anterior pelea. Igualmente, el titular local logró una victoria unánime con tarjetas excesivas de 120-108, 119-109 y 118-109.

La peor estrategia posible para un noqueador con limitada habilidad como Montiel era ceder la iniciativa y permitir que un boxeador con un excelente jab como Charlo pudiese presionar con calma, precisamente la estrategia que utilizó el mexicano durante la mayor parte de los primeros rounds. Así, los asaltos fueron fáciles de capturar para el local, que con escasos jabs y más escasos aún directos, fue anotando puños ante un rival que sólo cuando muy eventualmente las acciones llegaban a la distancia corta ofrecía aguerrida respuesta.

En el tercer asalto pareció que Montiel se dio cuenta de que así no iba a lograr nada, de modo que se situó en el centro del ring y con ganchos y directos alcanzó a un Charlo que, como ya se había intuido en varios de sus combates, no tiene grandes recursos en los intercambios en las distancias corta y media-corta. De todos modos, por velocidad de manos, frecuencia, destreza y precisión, el monarca se fue llevando la mejor parte, aunque esto no quitó que se viese sorprendido, incluso con espacios, por golpes rectos que no parecían ni mucho menos ineludibles.

Aunque no estaba luciendo precisamente, Charlo se vio ayudado en el quinto round por un nuevo retorno de Montiel a la cesión de iniciativa y a una baja cadencia de ataques, que le permitieron al estadounidense aumentar sus ofensivas y tanto en ese round como en el posterior estremecer y poner en apuros evidentes a su rival. Con todo, Charlo se encimó al hostigar y se desordenó sorprendentemente, no logrando sentenciar para asombro de muchos. Pese a ello, si Montiel no estaba tomando las decisiones adecuadas cuando estaba fresco, estando en recuperación todavía menos, de modo que Charlo no se vio en una posición comprometida a continuación, pero aun así no logró mantener las distancias por sus propios errores y cayó en intercambios en los que no tenía nada que ganar y en los que a veces simplemente manoteó.

Como Montiel no tenía un buen manejo de las piernas, incluso cruzando sus pasos, no pudo cortar el ring de la manera idónea para generar más complicaciones. De todas formas, en el último tercio de la contienda el visitante logró conectar nítidos golpes de poder que movieron la cabeza de un Charlo que puso voluntad pero que no tuvo ni inteligencia de ring ni capacidad para ver sus fallos y enmendarlos, si bien sus cualidades le permitieron vencer el combate ante un rival por debajo del nivel del top 15 global y que únicamente por tesón y resistencia le generó mucho trabajo y rounds elevadamente disputados.

Es difícil lograr unas cartulinas tan amplias y ser objeto de críticas tan duras, pero Charlo lo ha logrado. En parte algunos han aprovechado el hecho de que no les cae bien este púgil por su mala actitud fuera del ring para reprocharle su actuación, aunque es justo decir que Charlo se ha ganado mucha animadversión por comportamientos totalmente innecesarios. De todas formas, que tenga detractores no nos puede desviar del hecho de que ofreció una de las más flojas actuaciones que ha tenido en su carrera reciente ante un oponente que se le había escogido a medida, de modo que sus recientes afirmaciones en las que sostuvo que era el rey de la categoría del peso medio ahora son vistas con todavía más rechazo.

Si Charlo quiere respaldar sus pretensiones a la hegemonía en la división simplemente tiene que olvidarse de dar voces sin sentido y abandonar la mentalidad según la cual se ve ya como una gigantesca estrella que no tiene nada que demostrar ni ningún rival al que perseguir. Al contrario, tiene mucho más que mostrar de lo que él piensa, y si no rebaja sus condiciones para aceptar grandes combates estos pueden pasarle de largo afectando gravemente a su legado o llegarle tarde y cuando pueda no estar en el mejor momento para ellos.