La justicia poética castigó a Melikuziev, que evitó sanción por dopaje pero no ser noqueado contra pronóstico por Gabriel Rosado
Daniel Pi
@BastionBoxeo
Don Haskins Center, El Paso, Estados Unidos. Peso supermedio.
Si la racionalidad reinase en el boxeo profesional, el plata olímpico uzbeko Bektemir “Bully” Melikuziev 7(6KO)-1(1) no debería haber combatido este pasado sábado, ya que un positivo en control antidopaje sucedido por varios tests eludidos le habían supuesto una sanción de dos años extendida a cuatro más. Con todo, en un giro de los acontecimientos que fue todo un ejemplo de justicia poética, este púgil considerado insigne promesa de la división y futuro contendiente mundial fue espectacularmente noqueado por el veterano Gabriel “King” Rosado 26(15KO)-13(4)-1, que se suponía que era sólo una piedra de toque con la que hacer comparativas pero que terminó logrando la mayor victoria de su carrera contra todo pronóstico.
Con cierta calma pero mucha intención, el zurdo Melikuziev fue realizando ataques con su directo de mano adelantada y con su cruzado de izquierda que obligaron a Rosado a retroceder y a tirar golpes disuasorios, si bien esto no le bastó al estadounidense para evitar, en el final del primer asalto, ser encerrado y recibir una combinación de curvos que le derribó. El boxeador se levantó y se encontró con el tiempo de descanso, en el que se recuperó lo suficiente como para en el segundo round intentar mantenerse más cerca del centro del ring. De todos modos, pese a su tenacidad y a su voluntad, Rosado recibió igualmente las duras ofensivas de un “Bully” que, aunque llevaba las manos bajas y no tenía el mejor de los órdenes, tiraba puños con enorme potencia.
Si bien Rosado no había tenido precisamente un buen comienzo, lo importante es cómo se acaba, terminando la pugna repentinamente en el tercer asalto con su formidable triunfo. Y es que, encontrándose bajo el fuego de un enardecido Melikuziev, “King” Rosado sacó un cruzado diestro a la contra (a la vez que esquivaba por debajo una izquierda curva) que estalló brutalmente contra el uzbeko, que cayó de cabeza a la lona y que se alzó en muy mal estado y sin posibilidades de continuar.
Obviando el triunfo ante Melikuziev, Rosado sólo ha logrado en cerca de nueve años otras cuatro victorias (las más destacadas ante Glen Tapia y Joshua Clottey), algo que ilustra nítidamente hasta qué punto fue una mayúscula sorpresa su triunfo. Es cierto que Rosado ha sido víctima de veredictos polémicos, pero aunque ha tenido múltiples actuaciones meritorias entraba a este combate como una supuesta víctima propiciatoria que Melikuziev pretendía arrollar para demostrar que posibles oponentes como Daniel Jacobs (que venció de forma dividida a Rosado) no estaban fuera de su alcance. Sin embargo, el joven centroasiático salió del combate noqueado y necesitando hacer un análisis de su sobreconfianza ofensiva mientras Rosado se revalorizó enormemente y accederá pronto a un importante choque en la cumbre de la división del peso supermedio.