Devin Haney venció por clara decisión unánime a Joseph Díaz y despejó el camino para pelea por título indiscutido contra Kambosos
Daniel Pi
@BastionBoxeo
MGM Grand, Las Vegas, Estados Unidos. Peso ligero.
Nuevamente el estadounidense Devin “The Dream” Haney 27(15KO)-0 no ofreció una actuación que convenciese a todos o que resultase espectacular, pero su victoria ante el excampeón mundial superpluma Joseph “Jo Jo” Díaz 32(15KO)-2-1 resultó clara y merecida y con ello dejó el camino libre para apuntar a continuación a un duelo por la corona indiscutida del peso ligero. El triunfo de Haney sobre Díaz fue unánime y con tarjetas justas, dando éstas doble 117-111 y un 116-112.
Días antes del duelo Díaz señaló indignado que se estaba infravalorando su velocidad y técnica, motivo por el que quizás al comienzo intentó ceder la iniciativa y tratar de sorprender en larga con manos aisladas, táctica que realmente no estuvo cerca de funcionar ante un Haney con grandes reflejos y, efectivamente, ventaja en rapidez y alcance. Así, Díaz pronto se dio cuenta de que necesitaba intentar tomar el centro del ring y presionar, si bien lo hizo tímidamente en un inicio, dando el margen para que Haney sacase rectos en suficiente número como para anotarse los rounds del primer cuarto.
Cuando poco a poco “Jo Jo” fue acelerando sus pasos también lo hicieron las contras con hooks de su adversario, que continuó imponiendo su precisa respuesta y sus acciones disuasorias. Por ello, Díaz comenzó a frustrarse, lanzando a su rival al suelo en una acción antirreglamentaria en un cuarto asalto en el que tiró ganchos con algo más de desesperación y algo de acierto. Aun así, sus hooks aislados o entre agarres no supusieron un punto de inflexión, sino que, aunque Haney tuviese que aplicarse más o menos en adelante dependiendo de las veces que Díaz lograba sacar curvos en corta, el invicto contuvo en gran parte el éxito de su contrincante con sus frecuentes breves combinaciones en media-larga.
De nuevo, en el séptimo asalto “Jo Jo” logró trabajar un poco más con sus ganchos en corta pero, aunque llegó con manos claras, no es un pegador (dos triunfos antes del límite en los últimos cinco años) y no generó daños críticos en un Haney que, pese a su cuestionado encaje, tenía una considerable ventaja en peso tras la rehidratación ante un púgil que comenzó militando en el peso supergallo. Por ello, sin que los golpes de poder más precisos de Díaz pudiesen causar merma y no pudiendo tampoco ser superior tácticamente, Haney en líneas generales continuó usando su monótono boxeo con cortas combinaciones, contras aisladas, pasos atrás y salteados clinches para continuar capturando más episodios que su contrincante y encaminarse a la victoria unánime.
De hecho, Díaz que no es conocido precisamente por su resistencia a la fatiga, en el último tramo empezó a dar algunas muestras de cansancio que, sin ser muy severas, le restaron algo de velocidad y explosividad, cosa que sólo contribuyó a restarle efectividad y a que Haney se viese en menos peligro aún, pudiendo sacar curvos en corta en el último asalto e incluso hacer retroceder un tanto a su rival.
Dejando de lado que parte de la prensa estadounidense sobrevalorará este triunfo, que era previsible (si Díaz no pudo vencer en el peso pluma a Russell difícilmente iba a derrotar a un peso ligero con un boxeo con similitudes al de Russell), lo más importante para Haney es que se anotó uno de los triunfos más destacables de su récord y que con ello conservó su privilegiada posición para negociar una pelea contra el campeón unificado WBA-WBO-IBF-”WBC”, el australiano George Kambosos.
El choque ante Kambosos tiene todo el sentido por muchos motivos, entre ellos poder zanjar de una vez por todas el debate creado por el WBC con la instauración de su título de campeón franquicia (que posee Kambosos por encima de un Haney que es titular secundario) y que se pueda coronar ya sin polémica a un indudable monarca indiscutido por consenso. Por otro lado, el duelo serviría para que, sin que veamos de momento un Haney-Teófimo, se pudiesen hacer comparaciones interesantes. Finalmente, y dejando de lado el potencial boxístico en sí del Kambosos-Haney, este debería suponer grandes ganancias económicas para ambos, hablándose de la posibilidad de una pelea de estadio en Australia con potente inversión de patrocinadores y subvenciones gubernamentales. Así que, si no es que surge de la nada una gigantesca oferta alternativa, lo lógico es suponer que Kambosos y Haney están en trayectoria de colisión para 2022.