Sergiy Derevyanchenko y Carlos Adames ofrecieron espectacular batalla terminada con ajustada victoria mayoritaria de Adames
Daniel Pi
@BastionBoxeo
Staples Center, Los Ángeles, Estados Unidos. Semieliminatoria WBC del peso medio.
Una vez terminado el enfrentamiento de lo que no podía haber duda era de que el ucraniano Sergiy “The Technician” Derevyanchenko 13(10KO)-4 y el dominicano Carlos Adames 20(16KO)-2 habían ofrecido un combate espectacular, a la altura de las expectativas (o incluso por encima de ellas) y digno de un cartel en PPV. Con todo, era más cuestionable quién debía vencer. Para unos Derevyanchenko había hecho suficiente para imponerse mientras que otros creían en la victoria de Adames, dando muchos un empate. Sin embargo, no hubo tablas, dado que los jueces finalmente dieron la victoria por decisión mayoritaria a Adames con puntuaciones de 95-95, 96-94 y un excesivo 97-93, tarjeta absurda si tenemos en cuenta que había resultado tanto o más justificable la victoria de Derevyanchenko.
Aunque es un boxeador fuerte que habitualmente recurre a la presión, Adames optó esta vez por un planteamiento contragolpeador, que le valió en el segundo asalto para encontrar un uppercut que dañó a su contrincante. Con todo, Derevyanchenko en lugar de venirse abajo se rehizo, pasó al ataque y provocó peligrosos cruces de golpes en los que fue movido pero también estremeció con sus hooks al dominicano. El duelo se había vuelto muy interesante y tenso, incluso aunque en el tercer episodio los intercambios no fueron de tanto riesgo y Derevyanchenko estuvo más cauto y preciso con sus entradas y salidas con uno-dos-hook y Adames no tuvo el mismo grado de acierto precedente a la contra.
Si bien la técnica de Derevyanchenko se podía apreciar todavía, la falta de rodaje y las guerras acumuladas parecieron dejarse notar también, faltándole algo de explosividad y siendo sacudido repetidas veces por los tensos directos de mano adelantada de Adames. De todos modos, en el quinto round “The Technician” mostró que, pese a no estar ya ni mucho menos en su mejor momento, conservaba todavía notable peligro dañando a su rival con un gancho zurdo y llevándose la mejor parte por astucia en emocionantes intercambios. Con ambos habiendo sido movidos, el combate parecía estar aguardando algún punto de inflexión decisivo, pero en el sexto episodio hubo un cierto respiro con un duelo más táctico con sus jabs.
Oscilando nuevamente, el encuentro tuvo más batalla en corta y clinches en el séptimo asalto a causa de una intensificación con los hooks del ucraniano, que en el octavo round continuó desplegando sus ganchos con insistencia pese a las poderosas contras de Adames. La guerra de desgaste amenazaba la resistencia de los dos púgiles, pero fue Adames el que, pese a sus fuertes puños, pareció perder algo de ritmo en el último tramo, mientras que Derevyanchenko, sin poder contar con el físico de sus mejores años, se mantenía constante y consistente con sus rectos en media y sus ganchos en corta. Esto se plasmó más claramente en un último round, en el que un 9 años más joven Adames se vio mermado en la cuerdas y en el cuerpo cuerpo y fue hostigado por la pegada, la fuerza y la regularidad del exretador mundial.
Valorando que Adames es un boxeador que tiene muchos más años de carrera que un Derevyanchenko duramente castigado y al borde del retiro, no resulta sorprendente que Premier Boxing Champions se mostrase dispuesta en la selección de estadísticas y repeticiones para intentar crear un clima favorable, o al menos no hostil, al triunfo del púgil al que puede rentabilizar más. De todos modos, aunque Adames fue el elegido para darle el beneficio de la duda y aunque resulta evidente que ha evolucionado respecto al boxeador que en el pasado se lanzaba al ataque descuidando gravemente su defensa, resulta cuestionable que pueda sacar una victoria en la eliminatoria final WBC del peso medio que ahora debería afrontar ante un Jaime Munguía joven, fresco, muy potente y que recientemente está mejorando pelea a pelea.
En cuanto a Derevyanchenko, éste es uno de esos boxeadores que la historia del pugilismo no valorará adecuadamente por sus repetidas derrotas en combates cruciales, si bien todos ellas fueron ajustadas (si no polémicas) y ante oponentes de mucho nivel. Aun así, y aunque es todavía un púgil altamente competitivo y que ofrece mucho entretenimiento, las guerras se acumulan ya en él peligrosamente y de forma constante (lleva cinco intensas batallas consecutivas), pudiéndose apreciar ya una cierta pérdida de encaje, de modo que debe pensar seriamente en poner fin a su trayectoria.