Sobrevalorado Catterall intercambió knockdowns y tuvo más problemas de los esperados ante Prograis
Daniel Pi
@BastionBoxeo
Aunque el peso superligero británico Jack “El Gato” Catterall 30(13KO)-1 ha logrado subir a la cima de los rankings con una mezcla de astuto boxeo incómodo y una serie de triunfos ante rivales conocidos, el hecho es que está siendo muy sobrevalorado. Y es que, si bien algunos lo consideran un boxeador de élite de proyección incalculable, lo cierto es que es un púgil con muchas brechas, que de forma constante se ve en peleas muy igualadas y cuyos tres triunfos más reconocidos han venido ante rivales al borde del retiro y en mala racha (como Linares y ahora Prograis) o ante un púgil en una línea autodestructiva como Josh Taylor.
Esto quedó de manifiesto nuevamente la pasada noche en Manchester, Reino Unido, ante el estadounidense Regis “Rougarou” Prograis 29(24KO)-3, un boxeador que quizás afrontase ayer su último combate y que venía en un muy mal momento pero que aún así pudo ser competitivo y derribar a Catterall. En cualquier caso, el británico se anotó dos knockdowns a su favor y pudo lograr el triunfo por decisión unánime y tarjetas de doble 116-109 y un excesivo 117-108. La puntuación de Bastión Boxeo fue de 115-110 para Catterall.
El combate comenzó como tantos otros en la carrera de Catterall: con el zurdo púgil desplazándose y jabeando intentando neutralizar a su oponente con su elusividad y precisión. Sin embargo, teniendo frente a sí a otro zurdo poco convencional como Prograis, la pelea estuvo disputada y ambos tuvieron éxito con sus jabs sin lograr alcanzar un evidente punto de inflexión, si bien Catterall fue algo más consistente en su trabajo ante un oponente que ha perdido mucha explosividad con el paso de los años. Poco a poco, “El Gato” fue empezando a sacar algunas izquierdas, y quizás incluso pudo parecer que la pelea se iba a estancar de esa manera… pero entonces el encuentro cambió.
En el quinto asalto, con un oportuno jab Prograis desequilibró a Catterall y éste tocó la lona con el guante, knockdown que provocó que a partir de entonces el local buscase aguantar un poco más el terreno para intentar conectar contragolpes decisivos. Esto sólo hizo que un Prograis que siempre ha sido mejor en distancia corta que en larga y que tiene poco alcance lograse anotar nuevos golpes de poder en izquierda recta y golpes curvos, llegando a parecer Catterall por momentos bastante descentrado. Incluso a pesar de que su rival padeció un corte por cabezazo alrededor de su ojo derecho.
De todos modos, aunque la pelea tuvo momentos de desorden, finalmente Catterall terminó haciéndose con el control en el noveno episodio. Entonces, Prograis, cansado y descuidado, fue alcanzando con las manos bajas por un seco uno-dos que lo tiró al tapiz y, posteriormente, volvió a recibir una cuenta al tocar la lona con el guante tras una nueva izquierda. A partir de entonces el boxeador en mejor estado físico y moral tenía todas las de ganar, y Catterall se anotó asalto tras asalto con sus jabs y sus escasos directos de izquierda pero, nuevamente, se mostró conservador y no intentó forzar el knockout.
Dado que es 2º en tres de los rankings mundiales (WBC, IBF y WBO), es evidente que Catterall debería alcanzar a continuación una mayúscula oportunidad, ya sea por un título o en forma de una eliminatoria. No obstante, quienes piensan que es casi inevitable que alcance el triunfo en su próximo gran compromiso quizás se lleven una gran sorpresa al comprobar que (dependiendo del adversario que se le elija) la incomodidad de Catterall no le basta para superar a púgiles de élite con tanta o mayor precisión que él, con mejor boxeo y con más potencia y que han alcanzado sus posiciones con triunfos claros y ante rivales en buen estado de forma.
Overrated Catterall traded knockdowns and had more problems than expected against Prograis
Daniel Pi
@BastionBoxing
Although British super lightweight Jack “El Gato” Catterall 30(13KO)-1 has managed to rise to the top of the rankings with a mix of cunning, awkward boxing and a series of victories against known opponents, the fact is that he is being very overrated. Despite some consider him an elite fighter with incalculable projection, the truth is that he is a boxer with many flaws, who constantly finds himself in very close fights and whose three most notable victories have come against opponents on the verge of retirement and in a bad streak (like Linares and now Prograis) or against a boxer in a self-destructive path like Josh Taylor.
This was made clear again last night in Manchester, UK, against American Regis “Rougarou” Prograis 29(24KO)-3, a boxer who may have faced yesterday his last fight and who is in a very bad moment in his career but who was still able to be competitive and knock down Catterall. In any case, the British scored two knockdowns and was able to achieve victory by unanimous decision and scorecards of 116-109, 116-109 and a too wide 117-108. Bastion Boxing’s score was 115-110 in favor of Catterall.
The fight began like so many others in Catterall’s career: with the southpaw moving and jabbing trying to neutralize his opponent with his elusiveness and precision. However, facing another unconventional southpaw like Prograis, the fight was close and both were successful with their jabs without reaching an obvious turning point, although Catterall was somewhat more consistent in his work against an opponent who has lost a lot of explosiveness over the years. Little by little, “El Gato” began to land some left hands, and perhaps it even seemed that the bout was going to stagnate in that way… but then all changed.
In the fifth round, with a well-timed jab, Prograis unbalanced Catterall and the latter touched the canvas with his glove, a knockdown that caused the local fighter to try to hold his ground a little more to look for decisive counters. This only allowed Prograis, who has always been better at short distance than at long distance and who has little reach, to land new power punches with straight left hands and hooks. Then, at times Catterall appeared to be quite unsettled, even though his opponent suffered a cut from a headbutt around his right eye.
However, although the fight had moments of confusion, Catterall finally took control in the ninth round. Then, Prograis, tired and careless, was hit by a sharp one-two that knocked him to the mat and, later, he was counted again when he touched the canvas as a consequence of another left hand. From then on, the boxer in better physical and moral condition had the upper hand, and Catterall won round after round with his jabs and his few straight lefts but, again, he was conservative and did not try to look for the knockout.
Given that he is number 2 in three of the world rankings (WBC, IBF and WBO), it is clear that Catterall should get a major opportunity next, either for a title or in the form of an eliminator. However, those who think it is almost inevitable that he will win his next big fight may be in for a big surprise when they find out that (depending on who is chosen as his opponent) Catterall’s awkward style is not enough to overcome elite boxers with as much or greater precision than him, with better boxing and more power and who have reached their positions on clear victories against opponents in good shape.